Si constantemente terminas una terrible relación solo para iniciar otra peor es posible que sientas que el amor no es para ti. Muchas personas podrán decirte que seguramente solo es mala suerte, que todavía no es el momento o que Dios está guardando a alguien especial.
Puede ser que este momento en tu vida no es el indicado para estar en una relación. O puede ser que repites los mismos patrones una y otra vez.

1. Te enamoras de personas que no te corresponden.

Corresponder es un término que implica muchas más acciones que solo gustar de alguien. Entregarte a otra persona es abrir tu corazón por completo, dedicarles tiempo, ser comprensivo y fiel.
Te confundes, piensas que solo porque el sale contigo y te responde los mensajes por WhatsApp entonces te está correspondiendo. Hay personas que están solteras pero no están disponibles y debido a heridas del pasado no pueden corresponderte como lo mereces.

2. Aceptas el amor que crees merecer.

Esta frase célebre de la película las ventajas de ser invisible expone una realidad un poco difícil de aceptar. El amor propio es el factor que nos permite decidir si lo que nos aportan los demás es poco o suficiente.
La baja autoestima te hace creer que no mereces un amor de película. Por el contrario, te hace sentir más atraída por esos amores mediocres que terminan rompiéndote el corazón.
Si no estás convencida de que mereces un amor real, profundo y leal es probable que nunca lo consigas. Recuerda que atraes todo lo que piensas.

lastimado

3. Buscas lo que conoces.

Si toda tu vida has crecido viendo las relaciones disfuncionales de tus padres, familiares o amigos puede ser que tu inconsciente tome esto como referencia. Ya que es lo que conoces, puedes experimentar una sensación de comodidad dentro de estas situaciones.

Reconocidos libros de autoayuda para relaciones mencionan que sin darnos cuenta caemos en este error. Tendemos a buscar que nuestros sentimientos sean restaurados por alguien que nos recuerde a nuestros padres.
En palabras más sencillas, buscamos personas con los mismos defectos de padres o familiares porque ya sabemos cómo manejarlos. Sin percatarnos de que estamos en un círculo vicioso donde las historias se repiten.

4. No sabes lo que quieres

Puedes tener una idea de lo que te gustaría vivir en una relación pero no estas 100% de que es lo que quieres y mereces. No puedes escoger bien a tu pareja de vida si ni siquiera tu misma sabes lo que estás buscando.
Por no estar segura de tus decisiones, terminas aceptando cualquier persona que se cruce en tu vida. Al estar en esta posición, pierdes estabilidad emocional. Si no sabes lo que quieres, esto nunca llegará a ti.

Si te sentiste identificada con estas razones, es hora de aceptar que no son las demás personas, eres tú. Fíjate en el lado positivo, ahora sabes que estuviste haciendo mal y lo puedes corregir.