¿Te suena familiar esta situación: «Si, para tal día lo hago» pero cuando llega el día no tienes nada hecho? Déjame decirte que no estás sola. Aunque no sea algo para estar orgullosas, la realidad es que gran parte de las personas procrastinamos más de la cuenta.
¿Quieres saber si entras en este grupo de procrastinadores? Sigue leyendo.
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El estrés te consume.
En ocasiones confiamos de más en nosotros mismos y aseguramos que ese proyecto importante alcanzaremos a terminarlo a último minuto. Una de muchas desventajas de este método es que solo es necesario que 1 situación salga mal para que todo se complique.
Tu perro se enferma, se va la luz, la computadora se daña… infinitas situaciones se pueden salir de control y esto solo te dejará del mal humor, estresada y ansiosa. Ten en cuenta que aunque esta adrenalina de hacer las cosas a último momento en ocasiones puede salir bien, no le favorece en nada a tu salud física ni mental.
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Cierras y abres tus redes cada 5 minutos.
Entras a Instagram y ves historias que fueron publicadas hacen 45 segundos, vas a Facebook solo para deslizar hacia abajo sin ningún interés en particular o ingresas a twitter en modo automático. Y lo peor, repites el ciclo una y otra vez.
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No te sienes orgulloso de tu trabajo.
No le dedicas suficiente tiempo a ese proyecto, estás presionada por la fecha de entrega y sabes que no das todo tu potencial. De aquí viene el sentimiento de culpa e inconformidad que a nadie le gusta tener.
No hay tiempo para revisar y corregir los detalles que no permiten que este trabajo destaque.
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Sueñas despierto gran parte del día.
No te preocupas por el trabajo pendiente y prefieres pasar tu tiempo pensando en que harás cuando se termine la cuarentena. Tu mente divaga entre los nuevos restaurantes que quieres probar, cómo será la primera fiesta y cuál será la primera amiga que verás.
Cuando te das cuenta que estas soñando despierto, obligas a tu mente a concentrarse en la realidad. Pasos que tienes que repetir constantemente ya que a tu mente le encanta irse.
5. No has aprendido nada nuevo en algún tiempo
Has estado «buscando» la oportunidad para aprender ese segundo idioma, o de leer el libro que compraste hace un año, o quizás solo te propusiste a hacer ejercicios este año. Pero está más que claro que estas metas siempre quedan pospuestas.
Si te identificaste con alguna de estas señales, es probable que la procrastinación te esté superando. Te impide completar los proyectos que empezaste y están en espera, no te deja utilizar al 100% tus talentos.
No te preocupes, es una gran noticia que ahora seas consciente que la procrastinación se ha convertido en hábito. Como cualquier otro hábito puedes reemplazarlo con actividades positivas. Plantéate estrategias que te motiven a terminar pequeños objetivos y prémiate cuando consigas avances.
Entre más aplaces las cosas, más te tardaras en hacerlas. Ten tus metas presentes y conseguirás la motivación que te hace falta. Un paso a la vez.